domingo, 4 de septiembre de 2011

LA POBLACIÓN HUMANA


Gracias a su extraordinaria capacidad de adaptación y a su creciente desarrollo tecnológico para hacer un mejor uso de la energía subsidiada en aras de ahorrar la energía metabólica que utiliza, la especie humana ha crecido de manera considerable.
Los antecedentes más lejanos del hombre datan de hace 7.5 millones de años y los más cercanos de hace tan sólo 100, 000 años, en que apareció el hombre moderno. Desde que el hombre descubrió la agricultura y la ganadería dejó de ser nómada. A partir de este momento la población humana ha ido creciendo exponencialmente.

En el año 8000 A. C., ya había 5 millones de personas; en el siglo I D. C., había alrededor de 250 millones de individuos; en 1800 D. C. la población mundial era de 2500 millones de personas; para 1970 ya había ascendido a 3500 millones de individuos y en la actualidad, ya somos alrededor de 6500 millones de personas. Se calcula que para el año 2050 habrá 10000 millones de habitantes.
Es evidente que el crecimiento de la población humana va en constante aumento. ¿Hasta dónde llegará este crecimiento?.
Aunque las estimaciones son bastante discordantes, los cálculos señalan que, de seguir este crecimiento, dentro de 600 años habría 1 hombre por cada metro cuadrado de tierra emergida.
Esto, obviamente, nunca ocurrirá, pues, al igual que cualquier otra especie, el hombre se verá sometido a la presión de los factores limitativos bióticos y abióticos que estabilizarán su número dentro de los ecosistemas en que habita. De hecho, estos factores limitativos ya están actuando: hay 900 millones de personas en la más absoluta miseria en algunas regiones del planeta; hay falta de alimentos y muchas personas mueren.

Dentro de pocos años, más de 60 países del mundo no podrán alimentar a sus cerca de 1000 millones de ciudadanos; la gran cantidad de habitantes que tienen algunos países ha provocado guerras por espacio, alimentos y energéticos; además el ambiente de muchas ciudades industriales se ha degradado tanto que, incluso, es peligroso vivir en ellas.
Aunque es evidente que la especie humana no ha alcanzado la máxima explotación posible de los recursos alimenticios de la biósfera, es obvio también que pronto empezará a competir entre sí y con otros organismos por el espacio, los alimentos y la energía, y en esta lucha siempre habrá bajas para mantener y estabilizar a la población en niveles de equilibrio con las demás poblaciones de los ecosistemas.

Tal vez nuestra especie esté en las últimas etapas de crecimiento exponencial y pronto estará a la fase de detención brusca de crecimiento por efecto de los factores limitativos (falta de alimento, enfermedades, escasez de energía etc.) para, finalmente, llegar a una etapa de equilibrio con el medio y con los demás organismos.

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